The Dockers' Museum

The Dockers’ Museum empezó en la línea de la tradición de los museos de artistas. Puede verse como un anti-museo y como un anti-archivo. Rechaza tanto la jerarquía de imágenes como la necesidad de documentarlo absolutamente todo. Éstas son reemplazadas por la atención minuciosa a la comprensión que puede derivarse de objetos e imágenes «insignificantes», reunidas en pequeños grupos que realzan un potencial de significado en cada uno de ellos. Sekula denominó a dichos grupos «secciones», y desarrolló gradualmente su ámbito. Por tanto, The Dockers’ Museum se convirtió en una obra hercúlea en toda su humildad; una imagen de nuestro mundo desde la perspectiva del trabajador portuario, aquel que se encuentra siempre en el umbral entre la tierra y el mar.
The Dockers’ Museum tenía la intención explícita de no ser definitivo. Cada exposición incluiría tan solo algunas de las secciones y cualquier montaje debía ser una reiteración completamente nueva de The Dockers’ Museum, en la que Sekula se involucraba con el contexto e iconografía local, tal y como mostró desde los primeros emplazamientos. En sus tres últimos años de vida, The Dockers’ Museum se convirtió en nada menos que una obsesión para el artista. Sekula adquirió un elevado número de objetos para secciones incompletas de su proyecto final, que pretendía presentar en futuras ocasiones. Le permitió un vasto registro para el lanzamiento de una profunda reflexión sobre el funcionamiento de nuestro mundo humano, cerca de la práctica vida diaria y de la realidad del pueblo que tanto valoraba. The Dockers’ Museum cuenta con una integración estrictamente material y, por tanto, completamente real. Es un espacio en el que un balón de fútbol firmado por Pelé — héroe de los obreros portuarios de Santos — puede situarse junto a la famosa escultura de un trabajador portuario del artista belga Constantin Meunier; o en el que una bocina de niebla japonesa adquirida de India puede constituir un testigo crucial del mismo nivel que un conjunto de postales.
Extracto de Jürgen Bock y Bart De Baere, "Foreword, Pas de deux," en Allan Sekula. Ship of Fools / The Dockers’ Museum, redactado por Hilde Van Gelder, 2015, Leuven University Press, p. 20.